Competencia lingüística, comunicativa y pragmática

    
  Objetivo de la Unidad  

Comprender las diferentes competencias lingüísticas, como potenciadoras del lenguaje, para que le permita tener una mejor comunicación, tanto oral como escrita en su profesión.



  Teoría:  

Ha notado que cuando se enfrenta a un texto, o a un video (como una película), hay una serie de situaciones que el narrador debe describir o contextualizar para que los hechos sean más sencillos de entender. Alguna vez se hizo la pregunta de ¿por qué utilizan todos esos recursos? Pues bien, esos recursos descriptivos no son otra cosa que lo que Umberto Eco llama signos, es decir: “signo viene a ser una palabra totalmente homonímica, o sea, que se utiliza en diferentes ocasiones, con diversos sentidos, y, en general, de manera metafórica y vaga” (Eco, 1988, pág. 10)

Todo ese conocimiento de mundo que el sistema social al que pertenecemos nos proporciona, facilita que cada persona llegue a desarrollar competencias, y cuya definición sencilla podría ser: la atribución social asignada a quien pone en acción, en distintos contextos, los componentes cognoscitivos, actitudinales y procedimentales que conforman un saber para actuar eficazmente en una situación determinada.

Teniendo eso en cuenta, pasemos a entender las distintas competencias que llevan a una comunicación efectiva:

Competencia lingüística: según Noam Chomsky, la competencia lingüística se refiere al conocimiento implícito que tiene un hablante sobre su propia lengua. Incluye la gramática, el léxico y las reglas fonológicas que permiten formar oraciones gramaticalmente correctas.

Para una mejor comprensión del concepto, le invito al leer el siguiente artículo que el Centro Virtual Cervantes ha publicado sobre la Competencia lingüística, llamada también Competencia gramatical.

Competencia Comunicativa: Introducida por Dell Hymes, la competencia comunicativa es la capacidad de una persona para comportarse de manera eficaz y adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un conjunto de reglas que incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética, semántica) como las reglas de uso de la lengua, relacionadas con el contexto socio-histórico y cultural en el que tiene lugar la comunicación.

En palabras de D. Hymes, la competencia comunicativa se relaciona con saber “cuándo hablar, cuándo no, y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma”; es decir, se trata de la capacidad de formar enunciados que no solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados. Es este autor quien formula la primera definición del concepto, en los años 70 del siglo XX, en sus estudios de sociolingüística y de etnografía de la comunicación en EE.UU. En un conocido artículo (Hymes, 1971) cuestiona el concepto de competencia lingüística desarrollado por la gramática generativa, por cuanto en él se hace abstracción de los rasgos socioculturales de la situación de uso. Con el propósito de desarrollar una teoría adecuada del uso de la lengua, y de integrar la teoría lingüística y una teoría de la comunicación y la cultura, propone cuatro criterios para describir las formas de comunicación, cuya aplicación a una determinada expresión ha de permitir establecer si esta:

  • es formalmente posible (y en qué medida lo es); es decir, si se ha emitido siguiendo unas determinadas reglas, relacionadas tanto con la gramática de la lengua como con la cultura de la comunidad de habla;
  • es factible (y en qué medida lo es) en virtud de los medios de actuación disponibles; es decir, si las condiciones normales de una persona (en cuanto a memoria, percepción, etc.) permiten emitirla, recibirla y procesarla satisfactoriamente;
  • es apropiada (y en qué medida lo es) en relación con la situación en la que se utiliza; es decir, si se adecua a las variables que pueden darse en las distintas situaciones de comunicación;
  • se da en la realidad (y en qué medida se da); es decir, si una expresión que resulta posible formalmente, factible y apropiada, es efectivamente usada por los miembros de la comunidad de habla; en efecto, según Hymes, “puede que algo resulte posible, factible, apropiado y que no llegue a ocurrir”.

De ese modo, la competencia lingüística (anteriormente vista) queda integrada en una competencia más amplia.

Competencia Pragmática: La competencia pragmática se refiere a la capacidad de usar el lenguaje de manera adecuada según el contexto y la intención comunicativa. Incluye el uso de expresiones indirectas, el manejo de la ironía, y la adaptación del discurso según la audiencia y el propósito.

Para una mayor comprensión de este concepto, le sugiero hacer la lectura del material Competencia pragmática  que el CVC ha publicado de manera pertinente.


G. 01   S.M.