Pensamiento Prehistórico   

  Pensamiento Prehistórico  

Durante el período prehistórico, el hombre primitivo comenzó a desarrollar capacidades mentales que lo diferenciaron como especie; se cree que el lenguaje simbólico y el pensamiento abstracto comenzaron a evolucionar, lo que permitió una mayor comunicación y colaboración entre los grupos humanos. Este período, carece de registros escritos directos que permitan comprender plenamente las formas de pensamiento y creencias de las culturas de ese tiempo; la poca e incierta información que se posee es gracias al trabajo y especulaciones de los arqueólogos y antropólogos.

Una de las características más destacadas del pensamiento prehistórico es su enfoque en la supervivencia y la adaptación al entorno natural. El hombre primitivo dependía en gran medida de su conocimiento empírico y observacional a la hora de cazar, recolectar alimentos y protegerse de los peligros; la supervivencia estaba estrechamente vinculada a una comprensión rudimentaria de los ciclos naturales, como el paso de las estaciones y el comportamiento de los animales.
La comunicación y transmisión del conocimiento se llevaba a cabo principalmente de forma oral (lenguaje arcaico) y mediante expresiones artísticas (arte rupestre). En la medida que la humanidad progresaba fueron surgiendo civilizaciones, el pensamiento humano se desarrollaba, y surgieron asentamientos más grandes y organizados, lo que condujo a la necesidad de estructuras sociales más complejas y sistemas de intercambio de conocimientos más elaborados.